martes, 31 de agosto de 2010

Extremo.

















Odio la forma en la que odian porque yo no sé odiar.

Odio el egoísmo porque yo, y yo, y yo, y yo... no soy egoísta.

Odio el rencor, y sin embargo perdono pero no olvido.

Odio la guerra, quizá porque nunca me ha gustado aquello de las armas, y no obstante, poseo mil escudos, mil muros...

Odio el no saber expresar semillas de lo que después puede convertirse en un enorme dolor, aunque lo grito en cada gesto, en cada mirada de quien está dispuesto a entenderme... y a quererme.

Odio entregar rosas devueltas como espinas, o no vistas, o no sentidas, o no... no lo sé...

Odio no saber.

Odio luchar cada mañana por ser mejor persona mientras el mundo sigue girando envuelto en la ceguera del que no sabe mirar al prójimo.

Odio las palabras sin hechos.

Odio sentirme imbécil al menos varias veces al año...

Pero lo que más odio es el odio. Eso sí que lo odio a muerte.

¿Paradojas? Llámalo R, si te apetece.

jueves, 26 de agosto de 2010

Conciencia.

No es el mundo el que debe cambiar.

Odio los discursos planetarios a favor de una era más global y humana. Dejad de hablar en plural y comenzad por la primera persona. Esa es la que acarrea mayor exigencia.

De listos está el mundo lleno... Tiene que tener un enfado...

Más allá.

- Completa.
- ¿Así te defines?
- Definir ya impone límites... Yo prefiero describir.
- Ah, sin límites, claro. Tú siempre tan platónica...
- Yo siempre tan yo. Y encima ahora completa. ¿No oyes la melodía del viento?

miércoles, 25 de agosto de 2010

Filo. y punto.


Volar... Volar sujeta y sin amarres a la vez. Volar... dejando que vuelen, contigo, a tu lado, al mismo compás. Así, sin duda alguna, se toca mejor el cielo, se siente mejor...
Oler a nube y a sol.
Es una misma cara, no hay azar en la tirada, pero tampoco predestinación.
Es libre libertad.
Es... respirar.
Es no tener miedo a caer, sin dejar de ser consciente de la altura alcanzada.
Escribir... Escribir literatura prosaica y poética a la vez en la mente a cada minuto, y después aclamar un papel con dulzura, con necesidad básica.
Dibujar paisajes diferentes pero con el mismo sol.
Volar... y hacer que vuelen.
Esa es la "fórmula" (Que no existe a no ser que exista previamente)

martes, 17 de agosto de 2010

En mi más mí.

No es magia, ni polvos de hada, ni fantasía.
No es cuento, ni novela, ni relato corto.
No pertenece al cielo, ni a la tierra, ni a este mundo ni a aquél.
No es suave, ni dulce, ni tierno.
No es demasiado demasiado, ni demasiado poco.
No.
No es solamente eso, sino todo a la vez.
No puedo definirlo porque aún no hay palabras posibles que consigan expresar lo que el corazón bombea. No hay descripciones, simplemente acercamientos prácticos que ni se asemejan al brillo que causas en mis ojos, y ni se acercan, tan siquiera rozando, a narrar lo que brota por dentro de ellos, lo que les hace sentirse estrellas.
Sólo noto que los dedos escriben solos y que, por primera vez desde hace mucho, pensamiento y sentimiento van unidos con una fuerza arrolladora. Mis muros, ya sabes... ¿cómo eres capaz de derribarlos de una forma tan suave? Hay tantos pétalos que deshojar... y sin embargo la rosa se hace más espléndida, se la ve en su esplendor ser ella misma... se me ve ser yo, se me ve ser tú, se nos ve ser nosotros. "Nosotros"... ¿No notas la fuerza que eso conlleva? ¿La confianza plena que otorga el sentirse propiamente propios el uno del otro y libres, como nunca, a la vez? ¿La energía que desprende esta historia sin final? ¡Cómo no vas a notarlo si incluso los poros de mi piel aclaman a gritos tu textura! Y esa fundición de almas, ese ser mucho más que dos... ¿Ves como no hay palabras? Por mucho que lo intente...
No quiero usar adjetivos porque, de alguna forma, pondrían límites a lo que no los tiene.
No quiero usar adverbios porque el tiempo ha perdido todo su sentido entregándose al hoy, al precioso hoy de cada día.
No quiero usar el lenguaje porque muchas veces es el mismo silencio el que lo sobrepasa, dejando simplemente que fluya... que fluyamos...
Y sí, no quiero pero lo estoy haciendo, ¿verdad? Lo necesito, ya me sabes...

La locura, las conversaciones interminables, la risa, la amistad, el amor, la calma, la paz, la pasión... Que no, que no puedo poner todo lo que es, todo lo que está, todo lo que somos...
Pero es, está, y somos.
Vaya que sí...

Hay tantos sueños cumplidos en nuestro despertar que aún a veces me creo dormida... Y es que no hay nada como tocar las nubes a través de tus labios mientras tus manos alzan las mías y, juntas, nos indican todo lo que hay por delante...