lunes, 25 de octubre de 2010

Mi gorda.

Por despertarme cada mañana y ser tú la primera que me da los buenos días.
Por acurrucarte entre mis pies cuando notas que algo no marcha bien.
Por dormirte sobre mí dándome calor cuando estoy enferma.
Por echarte bajo mi mesa esperándome cuando no estoy en casa.
Por entrar por la puerta y seguirme hasta la habitación hasta que me tiro en el suelo contigo.
Por ponerme cara de pena cada vez que voy a reñirte y sólo pueda hacerlo a medias.
Por tu patita en mi mano.
Por tus lengüetazos a modo de respuesta cuando te doy un beso en tus orejas de terciopelo.
Por acompañarme hasta la puerta cada vez que me voy y quedarte en la alfombra con cara de pena.
Por cómo mueves el rabo cuando juego contigo, o cuando te saco a la calle, o cuando solamente te digo "Chula" y me vuelvo loca persiguiéndote.
Por cómo pides de comer a todas horas y como yo te llamo pesada, sueltas uno de esos ruidos tan tuyos a modo de resignación.
Por llorar para avisarme cuando quieres mimos y yo no estoy haciéndote caso.
Por saber cuándo puedes dormir conmigo sin que se entere nadie y encontrarte ya a los pies de mi cama.
Por ser preciosa.
Por tu lealtad inmensa e inquebrantable.

Eres la mejor perrina del mundo.

Ilumíname.


Luz.
Qué metáfora.
Iluminación del alma en cualquier habitación a oscuras, paz inmensa entre unas sábanas en guerra de pieles, estabilidad de saber que no se pueden contar los latidos por minuto, armonía entre los compáses de dos corazones más vivos que nunca, suspiros suaves sobre el único oído capaz de oír y escuchar en silencio, uñas rojas sobre una espalda que señala el cielo, tacto suave entre manos del mismo idioma único, adicción al vapor del agua entre dos bocas, fuerza e iniciativa en cada pisada...
Luz.

Tú eres todas esas luces. Tú eres mi luz.

Máquinas de escribir.


Sólo sois máquinas. Sociedad materialista, ciega y nula.
El periodismo no enseña a escribir, enseña a no tener que saber escribir para poder hacerlo. El sensacionalismo impregna las páginas de los periódicos diarios, envuelve las noticias, vomita sobre los acontecimientos mundiales.
Guerra, maltrato, incendios, política subjetiva según la empresa que los manipule, relaciones tensas entre países... Pero todo eso a medias y cuando conviene. ¿Se puede sacar una noticia objetiva y real de todo esto? ¿O depende del prisma desde el cual se saque la instantánea o se enmarque la entrevista?
Escribir... Qué ilusión venden en periodismo. No hay que saber escribir, hay que saber no escribir y ser capaz de mostrar una noticia, "su" noticia.
En el mundo hay gente que sigue muriéndose de hambre, hay mujeres que siguen siendo asesinadas a pedradas, sigue habiendo supuestos asesinos en verdad inocentes que caminan por la milla verde mientras hijos de puta siembran las calles cada día en libertad, sigue habiendo horror, masacre, odio, racismo, maltrato, injusticia, desigualdad, robo... Pero claro, ¿qué nos importa? Y es verdad, ¿qué nos importa?
Parece mejor dedicar treinta minutos a observar cómo Ronaldo marcó goles.
Claro, se me olvidaba... eso sí que importa.

domingo, 17 de octubre de 2010

Believe...


A veces no me apetece escribir... Y es entonces cuando de alguna forma dejo de ser yo... Pero al mismo tiempo estoy escribiendo... ¿por qué en ocasiones no puedo salirme de una paradoja? Quizá me guste ese estilo literario... pero no, eso es mentira... y verdad al mismo tiempo.
Las rosas tienen varios pétalos... será eso... No obstante tienen espinas también... ¿Qué son las espinas? ¿Debería saberlo? Hay tantas alrededor del jardín... incluso dentro. Me dan asco. Por eso las espulso cada vez que descubro una.
¿Yo tengo? Sí, claro... Y me dan miedo... ¿Miedo de mí misma? Eso es estúpido... Entonces es posible que a veces yo también lo sea. ¿Posible? Cierto. No obstante odio los tantos por ciento... aún sabiendo que no sé odiar ni tampoco de estadística.
Pero sé sumar... e igualar... Desde niña se me dio mal restar, rompía los cuadernos Rubio cuando acababa el curso.
2... en 1. No hay matemática, basta con abrir la ventana y respirar el aire puro de la ilusión real.
Aunque ha llegado a tanto mi aprendizaje volando que me da miedo caer al suelo y darme cuenta de que tan sólo ha sido un sueño y que mis alas no me dirigen la palabra. ¿De qué forma iba yo a volver a mirarme en el espejo? ¿Qué iba a decirle a mi cuerpo? Y, sobretodo... ¿qué iba a decirle a mi alma? Ella las adora tanto... las ama, igual que yo.
Me gusta caminar decidida, de hecho, lo hago... La mayoría me mira y se lo cree. Qué ignorantes... -¡Bendita ignorancia! -oí una vez. ¿Qué puede tener de bendito no conocer? Será no conocerme... Habrá que preguntar, pues. ¿Quién me conoce? Los números son muy bajos... el número, masculino, singular.
Ah, mi perra suspira. Lo aprendió de mí, y yo de la vida. Que no sé mucho... Será porque prefiero volar.
Sí, será...
Mi mayor temor es encontrar la ventana cerrada.

No, no, no, no... no...

viernes, 15 de octubre de 2010

C'est la vie.

Mirando atrás es posible ver fallos, errores, pérdidas de lo que nunca se ha tenido ni se ha querido en verdad tener. Y quizá una sensación de vacío cruza por la cabeza junto con la pregunta de cómo hemos podido perder tanto el tiempo... Sí, ¿cómo es posible?
Gente que no supone nada, que jamás nos han conocido, que nunca han sabido mirarnos a los ojos y saber lo que estos dicen, que sólo se ocupaban de tirar millas con lo puesto sin tan siquiera apreciarlo.
Lo peor es que nosotros, ilusos y auto-engañados, seguíamos el camino con esas personas creyendo que, al menos, no estábamos solos. Pero lo estábamos. Lo estábamos de la forma que más solo se puede estar. Porque nuestra alma nos pedía a gritos cambio y nos recordaba cada noche, aunque fuera con destellos que apagábamos como podíamos, que no éramos felices. Y lo sabíamos... Pero preferíamos ignorarlo para seguir tirando millas sin afrontar lo que de verdad queríamos y nos daba miedo no encontrar.
Ahora yo veo fotos antiguas y me recorre una sensación de impotencia y de tristeza. Por mí, básicamente. Por querer a quien nunca se lo mereció y por fingir querer a quien nunca quise.

Y se aprende. Sí. Y duele. Sí. Pero al mismo tiempo da una tremenda satisfacción comprobar que ahora el alma aclama a gritos cada noche que soy muy, muy feliz. Y lo sé. Y me encanta alzar la cabeza sabiendo que verdaderamente no estoy sola porque, primero, me he encontrado a mí misma, y segundo, también me han encontrado.
Ahora sí sé lo que es que los ojos hablen en el más precioso silencio, si sé lo que es reír y reír y que todos los problemas se esfumen porque en realidad no hay ninguno, si sé lo que es que la sinceridad sea lo más bonito que existe, si sé que apenas debo pensar qué decir para mostrar la felicidad y la paz que me invaden.
Evolución, madurez... Creo en todo eso. Pero también me he dado cuenta de que las personas no son lo que nosotros queramos que sean y que, si luchamos por convencernos a nosotros mismos, entonces ni queremos a esas personas ni, probablamente, ellas nos quieran a nosotros.
No es cuestión sólo de abrir los ojos, sino de saber hacia dónde queremos mirar para seguir caminando.

Yo camino. Yo lo elegí. Y sigo mirando hacia delante con la fuerza que me da el saber que hay una persona que mira en mi misma dirección mientras me abraza.

Sexto sentido.

Hay tanta gente buscando su mitad en este mundo... Tantos que buscan esa persona que, sin quererlo, te llena y te transmite una sensación de paz que no puedes definir.
Porque sí, cuando te preguntan puedes decir que es una historia preciosa, que estás agusto, que le quieres... pero esa parte, la más importante, no puede expresarse con palabras.
Sólo sientes que has de darlo todo cada día, y no por ti, ni por la otra persona, sino por los dos, por ese nosotros que se ha formado y que se representa como eterno... Porque el tiempo no cuenta por primera vez. No importa qué hora sea, ni siquiera qué fecha, todo cuenta, todo simboliza una oportunidad de hacer más grande un corazón compartido, de hacer cada mañana más merecedora de una sonrisa, de convertir cada caricia en un pasaporte a otro mundo/cielo/paraíso.
Y es verdad, todo el mundo busca eso. Desean con fuerza encontrar el alma que sea capaz de llenar la suya propia y transformarse en una sola unida por un hilo fino e inquebrantable que lleva al mismo tiempo amor y amistad, regándolo por cada miembro de su cuerpo y expresándolo en cada latido (cuestión de "latidos por minuto"...)
Los libros lo narran, los cuentos lo ilustran, las películas lo muestran una y otra vez... pero sólo unos pocos lo consiguen. Y yo, sin querer queriendo, lo he encontrado.
Y noto que, cada mañana, algo dentro de mí se hace más grande aún, aunque el día anterior pensase que ya era imposible. Y el nosotros que empezó como una historia de cuento se hace más real, tanto que incluso se puede palpar en una noche de verano viendo estrellas fugaces y compartiendo, probablemente, el mismo deseo.
Mi yo se hace más grande a medida que el tú se interna en él, al mismo tiempo que el nosotros se convierte en algo mágico, perenne, increíble, inagotable y... real, muy, muy real.
Mis sábanas conocen el olor de mis sueños, y yo conozco parte de los sueños que van impresos en él...

No se puede expresar lo que se siente, como decía, pero se puede intentar...
Por 1000... y más.

Todo un mundo durmiendo y yo sigo soñando.

Respirando mar y bañándose en su respiración...

Mientras contempla el cielo cargado de estrellas piensa que quizá nunca antes lo había visto con tanta claridad y tan cercano, a pesar de estar tan oscuro y aparentemente distante.
Y ella... sí, ella. Ella se siente, se percibe, se escucha y se comprende... un poquito más (o eso le parece). Aunque eso implique que, por otra parte, no comprenda nada. Sí... así es, impredecible e indefinible, qué gran encuentro o recompensa.
Real. Se ve real.

Sus pensamientos revolotean como un fénix en su próxima explosión desbordante de energía para... renacer con más fuerza. Y vuela... Ahora a tres metros sobre el cielo le parece poca distancia.

Siente tanto que... no hay palabras.
Y el ruido de las olas suena de fondo dándole la razón, aunque eso sea, magníficamente, lo que menos posea ahora.

Cálame.

Llueve.
Las gotas salpican cada ventana cerrada para poder dormir, o para no dormir o para... soñar.
El viento intenta hacerse notar por encima de tal espectáculo, así que sopla con fuerza y entona su melodía oficial, esa que todo el mundo escucha pero que nadie es capaz de definir; y se siente orgulloso de su trabajo.
El cielo, que sabe que es el mejor, despliega su gama de colores románticos rozando la tonalidad ternura y pasando con cuidado por la de la pasión. Es experto... así que el resultado es una explosión de color, de aliento, de vida. Sin embargo mientras su orgullo se va abriendo paso, su mirada se concentra en dos personas que, abajo en el suelo, le hacen sentirse inferior. Son dos almas caladas hasta los huesos, son un conjunto de huesos calados hasta las almas. Les observa y comenta con las gotas cómo es posible tanta felicidad en medio de tanto viento y de tanta lluvia, pues no es si no en los pasajes trágicos de las obras cuando tales fenómenos ocurren. Pero eso no es trágico, sino la escena más bonita que jamás ha observado. No sabe qué hacer... ni qué tonalidad tomar para hacer juego con tal apertura de emociones, con tal muestra de amor en la tierra.
Lo que no sabe es que esas dos almas son capaces de saborear las gotas de la lluvia rozándolas con besos, que el viento simplemente es un motivo más para abrazarse y notar su calor interior, y que el cielo... No, no sabe que ni siquiera necesitan mirar al cielo, porque ellos ya se sienten en él.
Y bailan. Bailan porque tienen la certeza de que sus cuerpos son uno, de que sus labios tienen pertenencia del uno al otro, de que sus almas están conectadas eternamente, y de que no les hace falta ningún acondicionamiento exterior para formar un cielo en la tierra.

Ya no veo la lluvia de la misma forma... Incluso en eso me has enseñado.

Yo, mí, me, conmigo.

Acabo de levantarme... Septiembre me saluda por fuera de la ventana... Que ya llega. Y ya son veinte.
Me paro a pensar y me analizo. Veinte años... y soy una idealista que se convierte en mujer cuando ha de serlo y que sigue siendo una niña en lo más profundo de sí.
Soy demasiado dada a las reflexiones al viento, a escribir por placer y por necesidad, a embaucarme en conversaciones políticas y cabrearme con facilidad cuando me llevan la contraria. No me gusta el egoísmo, procuro siempre mantenerlo lo más fuera de mí posible y, por el contrario, cuidar a los míos intentando hacerles feliz día a día, por encima de mí en la mayor parte de las ocasiones.
Me gusta el Colacao en vez del Nesquik, y también prefiero unos buenos litros de calimocho o de cerveza a vodka o cualquier tipo de alcohol embotellado. El café solamente para época de exámenes o noches sin dormir, aunque adoro su olor inconfundible.
Adoro sentirme libre al mismo tiempo que sé que tengo mi alma unida a quien espero que sea el amor de mi vida.
Me encanta reirme por todo, es mi mejor escudo y mi mejor arma. Y también me encanta decir "si ves que no me río es que entonces me pasa algo".
Soy demasiado platónica, conformista e inconformista a la vez. Lucho por lo que creo y soy fuerte cuando la situación lo requiere, sobretodo cuando se trata de conseguir algo que me propongo. Pero lo que ni la mitad saben es que esa fuerza desaparece cuando hay un problema con lo que más me importa, y me convierto en esa niña de la que hablaba que, aunque afirma que necesita estar sola, lo único que quiere es comprensión y abrazos... sobretodo abrazos.
Me cuesta decir lo que siento, mucho, muchísimo. Y sin embargo lo siento incluso en la piel, en el alma grabado a fuego. Para confiar en alguien necesito muchas muestras, mucho tiempo... pero cuando lo hago me doy a esa persona en toda mi plenitud.
Soy vergonzosa y a la vez estoy loca. Adoro la adrenalina aunque para decidirme necesite cuatro sencillos pasos.
Creo en el amor por encima de todo. Creo en los valores, en ser buena persona. Y lucho por serlo cada día un poco más.
Soy cabezota y me rayo por lo más insignificante hasta que lo convierto en un problema que ni siquiera existe.
Me encanta ser borde con quienes tratan a la mujer como un objeto y después ver las caras de gilipollas que se les queda.
Adoro el rap... Porque sé que no es solamente un tipo de música, sino una forma de vida, una forma de reflexionar y actuar ante el mundo que nos rodea.
La justicia... en eso ya no sé si creo, de hecho, no lo hago. Hay demasiadas cosas que no entiendo como para hacerlo.
Cuando algo me duele de verdad me pongo un caparazón y apenas hablo de ello por miedo a ponerme a llorar en cualquier momento.
Creo en la familia, en la amistad. Creo que el mundo puede ser mejor si todos nos hacemos mejores en él. Sí, sí, sí... ya dije que soy idealista, pero me gusta. Me gusta notar que el mundo, las personas, pueden cambiar a mejor (y me encanta ser yo quien las empuje a ello)
Adoro que mi perra se eche sobre mis pies o acurruque su cabeza para dejarla justo enroscada con su cuerpo sobre mí, dándome su calor y su apoyo incondicional. La adoro a ella.
Todo el que me conoce un poco sabe que Friends es mi mejor antídoto contra la tristeza, y que puedo pasarme tardes enteras viendo Mujeres Desesperadas llorando como una tonta cada vez que hay una parte bonita.
Hay muchas más características pero al fin y al cabo soy Rosa, así de sencilla y compleja. Y voy a por los veinte FELIZ. Eso es lo que más me gusta ser :)

Te he encontrado... Por fin.

No se trata sólo de notar que vuelas cada vez que te agarra la mano y sentir cómo tú te agarras a la vida. No se trata sólo de conocer cada olor de su cuerpo como cuando sale de la ducha, después de hacerte el amor o cuando despierta, por ejemplo. No se trata sólo de notar una confianza inmensa en cada paso que da, por él, por ti, por el nosotros que se crea en cada latido. No se trata sólo de saber apreciar cómo se mueven sus labios cuando se ríe, cuando te mira y sin decir nada te lo dice todo, cuando está enfadado o cuando sólo finge que lo está. No se trata sólo de notar que el aire es más puro si él respira a tu lado y te ayuda a saborear cada bocanada. No se trata sólo de querer que sus manos hagan lazos con cada milímetro de tu cuerpo y seguir queriendo más. No se trata sólo de reconocer que sin él habría muchas partes de ti que seguirían estando ciegas, sordas y mudas. No se trata sólo de saber que su sabor es inigualable y único. No se trata sólo de sentir ganas de gritar al mundo a cada segundo que le quieres y saber, además, que si lo haces él también gritará contigo.
No se trata sólo de afirmar una y otra vez lo mismo, no, no es eso.
Y si me preguntas que entonces de qué se trata... de ti, de mí. Y eso lo es todo. Todo...

Metafísica sobre el colchón.

Háblame de...
Háblame de lo que creas, pues es importante creer y crear. Créame... moldéame con tus manos sin olvidar precisamente que es mi cuerpo lo que ya existe. No has de darme forma, sino aprenderla desde la punta de los pies hasta el último pelo de mi cabeza. Sexo.
Háblame de lo que es para ti la felicidad. Es importante ser feliz y también saber por qué se es feliz. Tú, tú, tú... y alicientes que me hacen ser yo misma, paz conmigo, paz así... Fluir.
Háblame de lunas que brillan durante el día y de soles que no se funden ni aunque soplen con fuerza la única vela del candil. Permanencia, eternidad... ya sé lo que es. ¿Y tú? Tú también.
Háblame de parar el viento, de empaparse con la lluvia... Dulzura.
Háblame de ti pues así yo también me conozco más. Abre tus ojos porque así me miro con más claridad, yo abro los míos y te veo, nos veo. Especial.
Fundámonos... Almas desnudas, cuerpos con alas y tacto de nube de algodón. Hacer el Amor.
Respirar tu olor, olvidar el aire... Tuya. Sí, así soy...

miércoles, 13 de octubre de 2010

La mujer más feliz del mundo.


Y tú lo sabes.

Envidia.

Para escribir hay que escribir, y haber escrito, y seguir escribiendo y saber que se escribirá. O al menos tener un motivo real para escribir, una inspiración de verdad, una necesidad.
¿Por qué los hay que se las dan de escritores cuando no lo son ni lo han sido nunca? Copian textos sacados de canciones, frases de poesías, internet es un amplio mundo... y lo firman como suyo. ¡Qué hipocresía! ¡Como si no hubiera más profesiones en el mundo que poder copiar! ¿Por qué no se dedican a imitar a payasos? Quizá es que eso les sale por naturaleza, sin ensayo previo... Me cachis...
Pues yo seguiré escribiendo. Y seguro que algún día alguna de estas personas pasará por aquí y copiará esto en su blog... Y yo me cago en... Bueno no, ¿para qué? Pensándolo bien... ¿qué título le pondrían?

martes, 12 de octubre de 2010

Eres tú.


Sólo sé que la palabra locura no tendrá jamás el mismo significado, que no podré olvidar el nombre de Jack Dauson, que decir "tuya" nunca será verdad si no es a ti.
Sólo sé que la luna puede observarse de día y que el aire puede respirarse mucho más dulce bajo las sábanas.
Sólo sé que las leyes físicas no existen a veces y que el reloj nunca será capaz de marcar los latidos por minuto.
Sólo sé que el alma puede entregarse y que la expresión "hacer el amor" es real.
Sólo sé que soy Rosa contigo, y no solamente Ross.
Sólo sé que el sabor de tus labios es adictivo y que una risa en cualquier lugar y a cualquier hora puede borrar días enteros de lágrimas.
Sólo sé que se puede ser más fuerte si tú estás a mi lado dándome pequeños empujoncitos mientras me agarras de la mano, y que las decisiones dan menos miedo desde que tú me ayudas a decidir.
Sólo sé que creo en creer... y creo.
Sólo sé que no todo puede ser explicado en base a la razón y que cuando no se puede es la mayor razón para vivir.
Sólo sé que Valladolid no es lo mismo desde que tus ojos me hicieron contemplarlo desde arriba.
Sólo sé que unas escaleras, siete pisos desde una azotea, el Dragon Khan... son motivos de un libro que podría perfectamente llevar como prefacio: "a que no tienes huevos".
Sólo sé que la calle Gabilondo es la mejor calle del mundo y que merece la pena comprarse un número menos de pie.
Sólo sé que... sé tantas cosas que... siento tantas cosas que... pienso tantas cosas que... que te quiero.

domingo, 10 de octubre de 2010

Ojos abiertos. Triste.


Está nublado allá en el cielo y en el corazón amargo

Es inevitable no llorar cuando el alma causa estragos

De sinónimos me evado, la vida a poco es demasiado

cuando caminas sin zapatos por un camino mojado

Ceguera en el halo, mudo y torpe aquél candado

que cerró a mano alzada la libertad en un tejado

Pude reírme de él cuando descubrió que no había llave

y que el alma de un cobarde es sin más la que más arde

Sin embargo el silencio fue mi sable y no es alarde que

saber callar cuando se debe es de lejos un empate

No hay condena entre cadenas que eligieron su unión

salvo cuando una de ellas nota en su cuello prisión

El aire es fácil de entregar pero no para quien no respira

mas la confianza ciega con esfuerzo siempre corregía

Mira, historia de una ilusión eterna pero efímera

de una canción monocorde con un estribillo sin rima

¿Poesía? Más le valdría al verso ser noche en este día

y saber señalar al mundo un sol compuesto de agua fría

¿Cuántas hojas han caído del árbol de un amigo?

¿Cómo se llama el oficio de quien sabe enmendar los hilos?

En ocasiones el desgarro del olvido se cansa de ser olvido

y aún más el olvido más muerto de ser desgarro vivo

¿Qué ocurrió? Las nubes al unísono entonaron su canción

de adiós, no más tormentas, así que un cambio de dirección

¿Es capaz quien se va de querer seguir en presente?

Cuando duele el cuchillo hiriente y la sangre aún está caliente

¿Cómo puede ser que duela tanto lo que ya dolió?

¿Que los días sean más grises por un sol que no fue sol?

Qué equivocación tan torpe, terrenal y estúpida,

esperar de las personas que no lo sean es de ilusa

Porque el egoísmo nunca conoce lo que es bueno

ni sabe apreciar la fuerza de otro mirándose en el espejo

No sé mirarlo de otra forma, me versifico en la prosa

y no es broma que fui rebaño en aquella zona y sin ropa

Arrópame ahora si me siento sola y me agobia

el hecho de echar de menos a una cuerda que fue soga

No creo en las malas personas porque no quiero serlo

Así que en vez de quid pro quo, yo escribo lo que siento

sobre el compás del desconcierto porque ni sé ni quiero.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Duele, me cago en la puta. ¡¡Duele!!

Reflex.

¿Existe el bien y el mal? Después de todo cualquier persona que actúa lo hace creyendo que hace el bien para sí. Incluso un asesino cree en sí mismo, en su bien, en su locura psiquiátrica y enfermedad del alma.
Y, sin embargo, qué paradoja... los que hacen el bien nunca tienen la seguridad de haberlo hecho, valga la redundancia, bien.
Quizá el mundo aún no esté preparado para eso. Qué putada...

Bombillas...

¿Se puede creer que se recibe lo mismo que se ofrece sin que ocurra? ¿Se puede no saber distinguir una gota de agua de un vaso desbordado? ¿Se puede llegar a creer que se entiende lo que nunca se ha entendido ni se va a entender y que, es más, no se quiere entender porque en sí es ininteligible? ¿Se puede seguir luchando en un lugar donde sólo va a haber batalla? ¿Se puede confiar en quien en realidad no se confía? ¿Se puede ver lo que los ojos ven desde dentro y no lo que verdaderamente hay fuera? ¿Se puede llorar indefinidamente creyendo que el dolor tiene una base racional y argumentando: "ahora sí que va a haber cambio"? ¿Se puede pisar un césped seco sin posibilidad de crecimiento y seguir cuidándolo y regándolo todos los días? ¿Se puede aplicar categoría de sol a una luz pequeña que se ve demasiado cerca? ¿Se puede confundir el término amistad?

Se puede.

Silencio.

martes, 5 de octubre de 2010

Escribiendo.

Es Literatura, no filosofía. O Filosofía, no literatura. O las dos cosas. O yo qué sé si sólo sé que no sé nada y que eso es una paradoja.